(Breve cuento)
Un sábado, un pastor evangélico, debía escribir una prédica para la ceremonia del día siguiente y cuidar, además, a su pequeño hijo de 4 años porque su esposa trabajaba.
Esta situación, aparentemente, era un problema: si preparaba su disertación, ¿cómo cuidaría al niño? y si cuidaba de él, ¿como haría para escribir?.
Se le ocurrió algo que mantendría ocupado a su hijo y a él le permitiría realizar su labor.
Tomó una revista, recortó una fotografía de un mapa del Mundo en varios pedazos y los mezcló, creando un rompecabezas. A continuación, llamó a su pequeño y le dijo que "armará" el Mundo uniendo las piezas entre sí, adecuadamente. El niño, obedeciendo a su padre, emprendió la tarea. El pastor, respiro aliviado sabiendo que por 2 ó 3 horas el hijo estaría ocupado "armando" el rompecabezas y él podría redactar su prédica.
Para su sorpresa, a los 10 minutos, el niño le acercó el Mundo "armado" sin ningún error. El padre, aún sorprendido, le preguntó a su hijo cómo lo había hecho tan rápido...
El pequeño, esbozando una sonrisa, tomó la hoja, la dió vuelta y le mostró que había la imagen de un hombre. Entonces, le dijo: "SI EL HOMBRE ESTA BIEN, EL MUNDO ESTA BIEN"
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sábado, 30 de octubre de 2010
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