Además de pensar en su silueta -con la peligrosa obsesión de bajar de peso rápidamente- muchas personas, cuando comienza a acercarse el verano, quieren verse "prolijamente" bronceados. Pero esta otra obsesión, también puede ser peligrosa si no se toman los cuidados adecuados.
Muchísimo se advierte sobre lo primordial que es proteger la piel de los rayos ultravioletas del sol, incluso por su incidencia en el cáncer de piel.
Año tras año, debido al deterioro de la capa de ozono, se incrementan los niveles de radiación UV que llegan a la Tierra. Como consecuencia directa de este fenómeno, según diversas estadísticas mundiales de detección de cánceres de piel, aumentó la cantidad de gente afectada por esta enfermedad.
Según profesionales especializados, las personas con mayor predisposición a padecer la enfermedad son:
- Las de piel y ojos claros.
- Quienes se exponen en forma prolongada al sol.
- Los que durante la infancia han tenido episodios de quemaduras solares.
- Quienes tienen historia personal o un familiar directo con cáncer de piel.
- Las personas con muchos lunares.
Recomendaciones de los especialistas:
- Evitar la exposición durante las horas de mayor intensidad de luz solar ultravioleta (entre las 10:00 y las 16:00)y buscar un lugar con sombra.
- Aplicar el bronceador entre 15 y 30 minutos antes de exponerse al sol.
- Reaplicarlo después de 2 horas de exposición continúa o después de bañarse (inclusive aquellos que son resistentes al agua).
- No exponer al sol a los bebés, antes del año de vida.
- Utilizar un buen fotoprotector, con un factor de protección mínima de 15(la persona de piel muy blanca, de 40 ó 60 y las pieles más morochas, pueden usar un 15). Aunque, lo recomendable es siempre usar un factor de 30 para arriba).
Cada caso es particular, depende de la sensibilidad de cada piel a la radiación solar, del tipo de piel, de los lunares y pecas o de los antecedentes familiares de cáncer cutáneo.
- Aplicar los productos siempre con la piel seca. Si está mojada, las gotas funcionan como una lupa y aumentan el riesgo de que se produzcan quemaduras.
- En los días nublados también deben usarse protector.
- Adquirir el bronceado de forma lenta y progresiva.
- En lo posible, colocarse sombrero y lentes de sol.
En esos momentos, los rayos UV son tan intensos que, si queremos permanecer al aire libre, el único modo de que no nos afecten es recurrir a la sombrilla o a un árbol.
Sin embargo, no todo es negativo a la hora de la exposición al sol. Los estudios explican que las pequeñas exposiciones a los rayos UV son positivas porque juegan un rol esencial en la producción de vitamina D.
PARA TENER EN CUENTA: Si aparece un lunar o mancha en la piel y ésta cambia de color, de forma, pica, duele o sangra, consulte a un dermatólogo.
FUENTE:
Dra. Yamila Patricia DE VAS
(Residente 3er Año - Medicina Familiar del Htal. Italiano de Buenos Aires- Argentina)
Terra Salud
*Siempre, ante cualquier duda, consultar al médico especialista.
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